Pese a las múltiples dificultades que jugaban en contra de posibilitar su realización, un centenar de andaluces se dieron cita el pasado viernes 4, Día Nacional de Andalucía, a las 20´30 horas, en Málaga, en torno a la placa colocada a la altura del lugar donde fue asesinado, hace treinta y dos años, aquel primer 4 de Diciembre, Manuel Jesús García Caparrós, dando la vida por la libertad de su pueblo, gritando “¡justicia!”, y convirtiéndose en ejemplo para todos los patriotas y revolucionarios de este País.
Representantes malagueños y nacionales de diversas organizaciones convocantes, así como independientes y personas a título individual, realizaron un sencillo acto de homenaje a Caparrós, manteniendo el recuerdo de aquel crimen fascista ocultado, en reivindicación de la Nación Andaluza y del derecho a la soberanía por parte de nuestro Pueblo. Se dio lectura al manifiesto suscrito, se gritaron diversos eslóganes y se concluyó con el canto de nuestro himno nacional.
A esta concentración no asistió ni un solo medio informativo, tampoco se les requirió. No se escucharon discursos ampulosos o se dieron a conocer escritos grandilocuentes en su lenguaje y hueros en intenciones. Allí no estaban presentes “aspiraciones”, “intereses”, “conveniencias” o “representatividades”. A asa esquina y a esa hora, solo acudieron andaluces de conciencia sin más pretensión que autoafirmarse como andaluces libres y sin más ataduras que la verdad. Mujeres y hombres que no están dispuestos a transigir ni a doblegarse ante el Sistema. Cuya meta es hacer realidad un pueblo andaluz libre no la gobernación de un pueblo andaluz esclavo. Allí y a esa hora, sin escenario ni representación, dando ejemplo de dignidad, solo acudieron andaluces en pie por su tierra y su libertad. Los herederos de aquel levantamiento popular espontáneo y multitudinario. La esperanza viva del futuro de Andalucía.
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