jueves, 14 de mayo de 2009

¡Europa, no: Andalucía!



- ¡Europa, NO: ANDALUCÍA! -

“Nosotros no podemos, no queremos, no llegaremos jamás a ser europeos”.

Contra la Europa del Capital, abstención popular.

“¡Europa, no: Andalucía! Europa es, por su método, la especialización que convierte al individuo en pieza de máquina. Andalucía es, por el suyo, la integridad que percibe al individuo como un mundo completo, ordenado al mundo creador. Europa es el individuo para la masa. Andalucía el individuo para la humanidad. Europa es el feudalismo territorial e industrial. (…). Nosotros no podemos, no queremos, no llegaremos jamás a ser europeos. Externamente, en el vestido o en ciertas costumbres ecuménicas impuestas con inexorable rigor, hemos venido apareciendo aquello que nuestros dominadores exigieron de nosotros. Pero jamás hemos dejado de ser lo que somos de verdad: esto es, andaluces”. (Blas Infante)


Blas Infante consideraba a la Europa socio-política como plasmación de “feudalismo territorial”, la aristocracia expansionista medieval que nos conquistó, y de “feudalismo industrial”, el capitalismo imperialista que nos mantiene colonizados. Esa Europa es, para él, sinónimo no solo de nuestra opresión nacional, “nuestros dominadores”, sino de explotación y alienación social, “la especialización que convierte al individuo en pieza de máquina”. La idea política de Europa, como la de España, no es más que la potenciación de una superestructura artificiosa e impuesta, creada y utilizada por las élites plutocráticas para facilitar el sojuzgamiento de pueblos, el robo de sus riquezas y la apropiación del producto de su trabajo, ayer del campesinado y hoy de la clase obrera. Un instrumento al servicio, antes de la Aristocracia y ahora del Capital. De ahí que sitúe a Europa y a Andalucía no solamente como realidades diferenciadas, sino contrapuestas. “Europa, no: Andalucía”. No es solo que “no podemos” ser europeos, puesto que nuestro ámbito colectivo vital natural, tanto geográfico como étnico-cultural, es el mundo mediterráneo, no el europeo continental, sino que “no queremos”, pues es desenraizamiento identitario, opresión popular y explotación obrera. Por eso, “jamás llegaremos a ser europeos”. Porque queremos volver a ser andaluces, un Pueblo libre.

Al igual que el Estado Español, la “Unión Europea” es otro marco de relaciones que, desde las instancias del Poder, las clases dominantes continentales y transnacionales, junto con la oligarquía española, se le ha impuesto al Pueblo Trabajador Andaluz. Los imperialistas europeos se esfuerzan en construir una supuesta “identidad europea” que legitime su expolio, conscientes de los prejuicios que para nuestro Pueblo ha supuesto la integración en la UE, y los efectos demoledores que tiene para nuestra economía. Como toda construcción imperialista, para la de esta “identidad” se recurre a una enseñanza falsificadora de la realidad, a un “mundo de la cultura” domesticado y adocenado, y a unos medios de comunicación voceros propagandísticos del Sistema. Se pretende inculcar una estereotipada Europa “única”, uniformizada e indiferenciada, apelando a una inexistente cultura e historia común, acompañada de una ideología, tan peligrosa como necesaria para ellos, de resistencia frente a enemigos externos.

Los falsos estados-nación impuestos a los pueblos y sus clases obreras (España, Francia, Gran Bretaña, Italia, etc.) son el sujeto de poder de la U.E. Las distintas clases dominantes se aferran a sus fronteras económico-administrativas, al control de sus respectivos territorios, para mantener su dominación. Son los estados al modo burgués los instrumentos de poder sobre los que se asientan las clases opresoras y explotadoras de la U.E. La “Europa de los pueblos” y la “Europa social”, no existen ni pueden llegar a existir en esta “Unión”, porque nace y se mantiene como instrumento contra pueblos y trabajadores. Como una nueva “Santa Alianza” contra ambos.

Desde que en 1986 la oligarquía dominante españolista decidió que había que entrar en la Comunidad Económica Europea, en salvaguarda de sus intereses y con el beneplácito de nuestra colaboracionista y dependiente burguesía local, la inclusión de Andalucía en la U.E., ha supuesto una constante profundización en un proceso de desmantelamiento productivo. Las “ayudas europeas” enmascaran un plan preconcebido de desaparición paulatina de nuestro escaso tejido industrial, de nuestra pesca y agricultura, así como nuestra forzada “reconversión” y “especialización” como zona periférica de servicios para ocio, acumuladora de mano de obra barata, y policía mercenaria de sus fronteras económicas. Nos “dan”, para que no hagamos ni seamos.

Desde que somos “europeos”, el proceso de “deslocalización” industrial, o sea: de cierre de empresas posteriormente abiertas en otros países, ha sido continuo, sustituyendo la ya escasa cultura industrial e inversora preexistente, por la especulativa financiera e inmobiliaria. En Andalucía ya solo se “fabrican” campos de golf y puertos deportivos. La lista de productos andaluces manufacturados es anecdótica. En agricultura se ha potenciado el monocultivo y se ha reducido la variedad. Los sectores tradicionales sufren fuertes recortes para reducir su capacidad, mientras que, por el contrario, se facilita la entrada de productos cultivados por las multinacionales agro-químicas. Los cultivos bajo plástico devoran gran cantidad de recursos y tienen una fuerte dependencia de dichas multinacionales. La producción andaluza está cada vez más orientada a las demandas ajenas y a la reducción paulatina de la capacidad de autoabastecimiento del propio mercado. En cuanto a la pesca, simplemente se la ha hecho desaparecer. Con el pretexto de la disminución de los caladeros y la “modernización del sector”, se ha acabado con una de las fuentes de trabajo y alimentación más genuinas y tradicionales de nuestro Pueblo.

La Unión Europea tiene un marcado acento antidemocrático y una fuerte base tecnocrático-dictatorial. La inmensa mayoría de las leyes y normas que regulan nuestra vida son hoy directivas europeas, sin embargo el Parlamento Europeo tiene un carácter meramente decorativo y protocolario, incapaz de controlar o determinar las decisiones trascendentales. El poder real y ejecutivo, reside en el Consejo de Ministros, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo. Instituciones todas ellas no electivas, donde los grupos de presión capitalistas influyen e intervienen en las decisiones que nos afectan a tod@s. Especialmente en las instancias económicas, no hay ningún instrumento de control democrático sobre ellas. El Banco Central Europeo es una institución independiente, no teniendo que responder ante nadie. Constituye una organización jerárquica y autónoma, con poderes ejecutivos y legislativos, así como la facultad de imponer sanciones, exento de cualquier “control parlamentario”.

Al igual que nos sucede en el Estado Español, la “Unión Europea” tampoco reconoce a Andalucía como entidad nacional y menos aún nuestros derechos colectivos como Pueblo. Los andaluces somos un Pueblo negado, sojuzgado y sin soberanía también en Europa. No hay, ni puede haber, representantes de nuestro País defendiendo, como tales, nuestros intereses en su Parlamento. No hay más interlocutor que España ni más diputados que los españoles. En unas elecciones europeas la circunscripción única es el propio Estado Español. Tanto la Europa como la España político-administrativa, es sinónimo de ocupación y expolio para el Pueblo Trabajador Andaluz.

Porque no es que ésta Europa y su vástago español opriman, sino que la misma idea de Europa, al igual que la de España, como unicidad político-administrativa, es la usurpadora de nuestros derechos, la que nos arrebato nuestra libertad y nuestra identidad, la que nos conquisto y nos mantiene como colonia interior. Porque no es que ésta Europa sea capitalista, “de los mercaderes”, sino que la idea misma de Europa, como unidad político-administrativa, al igual que la de España, es expresión y sustentación del capitalismo imperialista. Porque Europa es y significa, en definitiva, en sí misma, como también lo es España, opresión nacional de los pueblos bajo su yugo y explotación de sus clases trabajadoras. Porque la Unión Europea no cumple tan siquiera con los mínimos democrático-burgueses establecidos, en su configuración estructural, siendo su pseudo-parlamento un mero sucedáneo, un remero de viejas instituciones consultivas. Porque no podemos, no queremos y no llegaremos jamás a ser europeos, no cabe más opción que la del boicot a ésta farsa electoral y el llamamiento a los andaluces de conciencia a no ser cómplices de ella. A no participar ni promocionar sus elecciones, que no las nuestras. El 7 de Junio: Abstención popular.


¡Europa no, Andalucía!

¡Contra la Europa del Capital, abstención popular!

¡Por Andalucía libre y socialista!


Nación Andaluza - Comisión Permanente

Andalucía, 14 de Mayo de 2009.

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