Ante el anuncio efectuado ayer por el Sindicato Andaluz de Trabajadores, en boca de su Portavoz Nacional Diego Cañamero, del inicio de una campaña de desobediencia civil pacífica, consistente en no acudir a más juicios mientras no cese la persecución contra el Sindicato, y las consiguientes consecuencias que ello puede conllevar para sus dirigentes, Nación Andaluza quiere manifestar su más completo e incondicional apoyo a los compañeros del SAT, del Sindicato de todos los andaluces concientes, con conciencia nacional y de clase, poniendo sus medios y esfuerzos en la tarea.
El acoso, represión y asfixia económica a la que se somete a unos trabajadores que se han caracterizado por la práctica de la no violencia en sus tácticas y actuaciones, es la enésima prueba de que el régimen neofranquista español, en lógica coherencia con sus antecedentes dictatoriales, no está dispuesto a permitir ni tolerar la disidencia. El Sindicato Andaluz de Trabajadores/as ha sido desde incluso antes de su fundación un proyecto que el imperialismo español ha intentado abortar de todas las formas posibles, sabedor del potencial revolucionario del Pueblo Trabajador Andaluz. Tras su constitución las acciones del SAT han sido respondidas, al igual que históricamente lo han sido durante décadas las emprendidas por los jornaleros del SOC, con una dureza propia de concepciones totalitarias en la que los poderes del Estado se conciben como mantenedores de un orden cuartelero y una paz de los cementerios.
Este Estado Español, impuesto como todos los anteriores, demuestra que es incapaz de vivir y pervivir en democracia. La existencia de leyes restrictivas de las libertades, como la ley de partidos o la de Inmigración, la de las innumerables normativas que en la praxis restringen la práctica cotidiana y normalizada de derechos fundamentales. La de tribunales políticos y de excepción, como la Audiencia Nacional. El cierre de medios informativos, así como la constante presión amenazadora sobre otros mediante su criminalización. El establecimiento generalizado de una velada censura de facto sobre temáticas e instituciones “intocables”, etc., son algunas de las muchas muestras de la realidad represiva que se oculta tras su falsa fachada de respetabilidad constitucional.
Que en Andalucía el españolismo actúe con tan extremada dureza contra sus clases populares, particularmente contra la clase obrera y especialmente con los trabajadores del campo, no constituye una excepción sino una norma de siglos. España se formó a partir la ocupación de nuestro país, conformándose y asentándose, hasta hoy, sobre la apropiación sistematizada de nuestras tierras, el robo intensivo de nuestras riquezas, y la explotación inmisericorde de nuestro pueblo. Lo que ahora le sucede a todo aquel que se levanta aquí contra “el orden establecido”, contra la injusticia institucionalizada, no es algo novedoso, casual u excepcional, sino habitual y premeditado, es lo mismo que ya padecieron nuestros antepasados, desde la rebelión de la Alpujarra a nuestros días, pasando por Casas Viejas, la consecuencia del mantenimiento de una situación colonial sostenida mediante el ejercicio exhaustivo e institucionalizado sobre nuestro pueblo de la alienación colectiva, el amedrentamiento social y el terror de Estado.
La lucha por la concienciación y el levantamiento de las clases populares andaluzas constituyen la única posibilidad de modificar la situación. Sólo recuperando nuestra tierra y nuestros derechos, combatiendo por la liberación nacional y social del Pueblo Trabajador Andaluz, habrá una garantía de transformación real y profunda de la misma, pues exclusivamente atacándola en sus raíces, acabando con sus orígenes y porqués, ocupación nacional y explotación social, se erradicarán sus consecuencias.
Por todo ello, hacemos un llamamiento a los militantes y simpatizantes de la izquierda independentista a volcarse en las convocatorias y movilizaciones que el SAT organice como concretización de la campaña de desobediencia. Al resto de sindicatos de clase a dar pasos decididos en la configuración de un bloque alternativo del sindicalismo obrero andaluz, capaz de hacer frente y poner freno a las agresiones del Estado y el Capital. Y a las diversas organizaciones y colectivos sociopolíticos de la izquierda soberanista a avanzar en la construcción y consolidación de un frente común de actuación para la completa liberación de Andalucía. Que establezca unos cimientos que posibiliten la recuperación de nuestros derechos y de lo que nos pertenece, de nuestra tierra y de nuestra libertad, como andaluces y como trabajadores.
¡Contra la opresión y la represión, lucha revolucionaria de liberación! ¡Por Andalucía libre y socialista!
Nación Andaluza – Comisión Permanente
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