sábado, 5 de junio de 2010

Por una Huelga General en Andalucía, contra la manipulación de CC.OO. y UGT, el 8 de Junio paremos pero no apoyemos.


El próximo 8 de Junio, el sindicalismo neo-verticalista del régimen ha convocado un paro en la función pública. Ante la presión popular se han visto obligados a actuar. Y lo hacen, no en defensa de los intereses de los trabajadores, sino del Estado y el Capital. Para contener la protesta y evitar que ponga en riesgo los proyectos pactados con gobierno y patronal sobre nuevos recortes en derechos socio-laborales y retribuciones salariales. Se ponen al frente para manipular a los trabajadores, no para lograr un cambio favorable a ellos. Para controlar y encauzar el descontento obrero y popular, posibilitando el triunfo de los planes del Sistema. A tal fin, desde un principio, están utilizando tácticas de ralentización y minimización de las respuestas, y de división y fragmentación de la clase obrera y el resto de los sectores populares entre “afectados” y no afectados. La convocatoria de una movilización limitada a los trabajadores del sector público, cuando Estado Español, Unión Europea y FMI están realizando un ataque sin precedentes a todas las clases populares, sin excepción, es una muestra del entreguismo del sindicalismo oficial. Una prueba de su interés por fracturar más la ya debilitada conciencia de clase entre los pueblos trabajadores, así como de su papel de “correa de transmisión” del imperialismo español y el capitalismo internacional.

Cada vez resulta más inexcusable una respuesta contundente frente a las múltiples agresiones del Estado y el Capital al Pueblo Trabajador Andaluz que, al amparo de la pretextada crisis, pretenden retrotraer condiciones, derechos laborales y retributivos, a etapas pretéritas del desarrollo capitalista y del neo-colonialismo en nuestra tierra. Ahora más que nunca se hace ineludible una Huelga General Andaluza, frente a la andanada neoliberal que el Fondo Monetario Internacional y su lacayo el PSOE están llevando a cabo contra los pueblos trabajadores bajo el yugo Español y el de la Unión Europea, que no solo paralice la actividad productiva, comercial y de servicios, sino que ponga en pié a las clases populares contra este sistema intrínsecamente injusto, apostando por metas no exclusivamente coyunturales, sino transformativas. Por un cambio de modelo económico que habilite mecanismos que sitúen la economía y las finanzas al servicio de las necesidades sociales. Una Huelga General nunca ha sido para el sindicalismo de clase un paro simbólico, sino una herramienta política de lucha para la imposición de cambios laborales y avances sociales sustanciales.

Pero este paro no es ni aspira a ser una antesala de esa Huelga General, de esa lucha por el cambio, sino de un sucedáneo. Los “mayoritarios” solo aspiran a ganar tiempo. Se trata exclusivamente de contentar a los trabajadores y justificarse ante ellos. Con la convocatoria de paro no pretenden detener estas medidas neoliberales, sino canalizar el malestar que están produciendo entre los trabajadores las mismas, dentro de unos márgenes controlables. La Huelga General en Andalucía nunca va a ser realidad gracias al sindicalismo domesticado, sino a pesar de el. Ni CC.OO. ni UGT se van a enfrentar nunca con el poder, porque forman parte del régimen, de las instituciones del Estado. Si se ponen al frente de las movilizaciones es el resultado de la imposibilidad de evitarlas y con objeto de lograr desvirtuarlas, evitando que sean dañinas al sistema. De ahí el absurdo de que parte de la izquierda andaluza les exija realizarla. Estos sindicatos cómplices, meros capataces de los intereses de España y el Capital, ni quieren ni deben ser los abanderados de la lucha obrera y popular, es el sindicalismo combativo y anticapitalista andaluz el que puede y tiene que cumplimentar ese papel.

Solo la unidad del sindicalismo revolucionario y la visualización de su radicalidad pueden modificar la situación. Solo la formación de un frente único de todos suplirá carencias, complementando capacidades y extensiones. Solo desmarcándose de “los mayoritarios” evidenciarán la diferencia a ojos de los trabajadores. Por ello, reiteramos el llamamiento al sindicalismo obrero a aparcar divergencias y alcanzar un acuerdo de unidad de acción estable y ambicioso, conformador de un bloque unitario del sindicalismo de clase andaluz, que no busque o espere a CC.OO. y UGT, sino que les haga frente y desenmascare. Que no se conforme con ser “díscolos” en sus acciones y “cola crítica” en sus manifestaciones, sino que se proponga superarlos y sustituirlos como fuerza sindical determinante. Si estos sindicatos son incapaces de asumirlo y de sentar unas bases comunes reivindicativas y de actuación, se perderá una oportunidad histórica para que los trabajadores posean un movimiento sindical real, fuerte, efectivo y autónomo. Un instrumento útil de lucha por sus derechos y reivindicador de un Marco Andaluz de Relaciones Laborales, que establezca una legislación laboral propia y los medios que permitan al Pueblo Trabajador Andaluz ordenar su propia economía. Un Marco Andaluz de Relaciones Laborales que levante un muro obrero ante el neoliberalismo, superando el marco legislativo, económico, sindical y político actual.

Dado lo expuesto, este paro no puede ser asumido ni potenciado desde posiciones soberanistas y revolucionarias andaluzas, pues sería actuar en contra de los intereses obreros y de las clases populares. Pero ante la imposibilidad de contrarrestarlo o transmutarlo, por la inexistencia del bloque unitario del sindicalismo de clase andaluz, muchos trabajadores van a secundar la convocatoria del oficialismo y difícilmente comprenderían ni se les podría hacer entender una postura de inhibición ante un paro por parte de quienes abogamos por otro, aunque mayor y más profundo; por la huelga general. De ahí que no haya otra posibilidad que la de parar, por solidaridad con los compañeros, pero no apoyar la convocatoria ni participar en los actos. Actuar de forma crítica y sin hacerles el juego a los sindicatos del régimen, denunciando la traición y la mentira oficialista, abogando por la unidad de clase, la lucha obrera y la resistencia popular. Persistiendo en la campaña de concienciación con respecto a la necesidad de la realización de un paro total y real, de una huelga general nacional y transformativa.

Nación Andaluza hace un llamamiento a los militantes y simpatizantes de la izquierda independentista andaluza, a cesar solidariamente en toda actividad laborar en la función pública ese día, pero a no apoyar el paro ni formar parte de manifestaciones, concentraciones, etc., convocadas o dirigidas por CC.OO., UGT, CSIF y los sindicatos corporativistas. Por el contrario, animamos a impulsar y participar en los actos a los que emplace el SAT, plasmación del sindicalismo de clase, nacional y revolucionario, que el Pueblo Trabajador Andaluz necesita, pero que no contradigan el llamamiento anterior. También, instamos a persistir en la línea de favorecer el acercamiento y el diálogo entre los sindicatos obreros y anticapitalistas andaluces, generales o solo presentes en ramas productivas, empresas o zonas concretas, con el objetivo avanzar en la conformación y en sentar las bases de constitución de ese bloque unitario que encabece y coordine la lucha del Pueblo Trabajador Andaluz. Que lo levante y guíe en defensa de sus derechos laborales y sociales. De su trabajo, su futuro y su libertad.

¡Contra los ataques de España y el Capital, en Andalucía, Huelga General!

¡Por un bloque unitario del sindicalismo de clase andaluz!

¡Por Andalucía libre y socialista!

Nación Andaluza – Comisión Permanente

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