domingo, 9 de enero de 2011

Crónica de la concentración antifascista contra el reaccionario y colonialista “Día de la Toma”


Un año más, el españolismo militante más descarado, el neo-fascismo y los sectores sociales más abiertamente retrógrados del régimen, se dieron cita en la granadina Plaza del Carmen, para celebrar la ocupación militar de la ciudad por los ejércitos de los invasores aristócratas castellano-aragoneses y, con ello, el triunfo del primer imperialismo españolista sobre el Pueblo Trabajador Andaluz. De nuevo la pseudo-izquierda del Sistema ha sido cómplice por sus acciones, a través de las instituciones que gobierna, y la españolista y domesticada por omisión, desollendo la convocatoria de repulsa. Pero también una vez más, centenares de granadinos, mayoritariamente jóvenes, acudieron para mostrar públicamente su rechazo frontal y sin ambages a la celebración y permanencia de una festividad de corte franquista, colonialista y reaccionaria, por propagar “valores” antiandaluces y antidemocráticos; de intolerancia, discriminación, persecución, racismo, militarismo, etc., así como a favor de la opresión, el robo, la tortura y el crimen de Estado institucionalizados que significó “La toma”

En esta ocasión, el Día venía marcado con una curiosa novedad; las declaraciones del Fiscal Superior de Andalucía y del Defensor del Ciudadano granadino acerca de su “preocupación” por las actividades de grupos “ultras”, y las órdenes del primero para que se les identificase y vigilase. El que dichas manifestaciones se produjeran, no tras años de campar a sus anchas la extrema derecha en el acto, haciéndolo escaparate de sus ideas y simbología, sino, tras la reactivación de la respuesta antifascista y democrática, hacían presagiar que aquellos a controlar no serían los franquistas y neo-nazis. Y los hechos lo han confirmado. Desde horas antes, eran los antifascistas los hostigados. La Policía estatal les seguían, les “retenían” en la vía pública para identificarlos, etc. Se llegaron a producir situaciones tan kafkianas como el acusar de “desobediencia” a quienes pedían explicaciones o de “ofensas” a quines exhibían determinadas escárpelas en sus ropas. Incluso llegaron a pedir a la Policía local el que multase a una pareja por llevar un perro sin bozal. Lo tragicómico de la escena era que mientras se efectuaba la sanción, varios transeúntes pasaron con perros sin bozal, sin ser multados o tan siquiera recriminados, pese a ser advertidos los agentes del hecho.

Pero todas estas artimañas no impidieron que centenares de demócratas antifascistas se concentraran en la Plaza del Carmen, donde nuevamente quedo claro, desde un principio, quines constituían para el “socialista” y “obrero” Subdelegado del Gobierno el problema. A los antifascistas fueron a los únicos a los que la policía les requisó una pancarta “por orden de la superioridad superior” y “por su contenido inadecuado para ese acto”. El “inadecuado” contenido de la misma era: “No, al fascismo, al racismo, a La Toma”. Ni que decir tiene que otras pancartas contra Andalucía o llamando a una nueva reconquista no fueron requisadas. No las consideraron “inadecuadas”. Tampoco lo fueron las banderas pre-constitucionales con el águila de San Juan que exhibían los fascistas. Los antifascistas fueron encerrados en una esquina del recinto, en menos de una cuarta parte de la zona habilitada para el público, y rodeados por un cinturón de decenas de policías nacionales y locales con material antidisturbios e incluso perros. Ni que decir tiene que la zona donde se situaron los franquistas apenas era “vigilada” por media docena de agentes y estos disponían de más de dos terceras partes de la plaza para moverse con entera libertad. En ningún momento fueron molestados o requeridos por la policía a que cejasen en sus constantes gritos y cánticos racistas, xenófobos, etc., o ante la exhibición de simbología o gesticulación fascista. Al contrario que los anfascistas, a los que en más de una ocasión se les advirtió acerca de algunas de sus proclamas. Igualmente era ostentosa la pasividad y tolerancia policial ante la constante provocación de individuos que entraban en la zona “acotada” para los opositores, provocando e intentando, sin éxito, desencadenar incidentes.

Ha quedado en evidencia que pese a las declaraciones de aparente equidistancia, de la supuesta “preocupación” con respecto a los “ultras de uno u otro signo”, la realidad ha mostrado como las actuaciones de los capataces y siervos del Sistema han ido encaminadas, en exclusividad, a amedrentar al movimiento antifascista y así intentar impedir el auge de su protesta y oposición a esa grotesca pantomima antidemocrática y antiandaluza del “Día de la Toma”. Se trata de perpetuar esta escuela de fascismo y españolismo a toda costa. Ha quedado también al descubierto como tras la máscara “constitucional” y “autonómica” se enmascara la remozada pervivencia socio-política del franquismo a través de esta “monarquía parlamentaria”. Solo hemos pasado de una Dictadura abierta y unipersonal a otra encubierta y dirigida por una minoría elitista.

Pese a todo, ni el viejo españolismo ni el embozado de “demócrata”, pudo impedir que esos centenares de granadinos convocados por la Coordinadora Antifascista de Granada, Jaleo!!! y Nación Andaluza, pertenecientes a estos colectivos, y a otros que se adhirieron y participaron, como otras coordinadoras antifascistas andaluzas, grupos libertarios, JIRA, colectivos de emigrantes y refugiados, musulmanes andaluces, etc., expresaran, pacífica pero contundentemente, su rechazo. Fueron constantes los gritos como: “no a la toma”, “2 de Enero nada que celebrar”, “los genocidios no se celebran” o “no eran moros eran granadinos”. También de carácter antifascista como: “símbolos fascistas fuera de la vista”, “no pasarán”, “Granada será la tumba del fascismo”, “el fascismo se cura leyendo” o “andaluza o extranjera la misma clase obrera”. Igualmente otros antiespañolistas como: “España mañana será desintegrada”, “el españolismo es fascismo”, “que no que no nos engañan Andalucía no es España”, “independencia” o “Andalucía libre”. Tanto el desfile militar como el de las autoridades acompañando al Pendón de los “reyes católicos”, transcurrieron entre un tronar ensordecedor de abucheos. El momento culmen, la exhibición del Pendón en el barcón consistorial y los vivas a los reyes católicos y a España, apenas se escuchaban entre los silbidos y constantes gritos de “2 de Enero nada que celebrar” y “los genocidios no se celebran”.

Finalizado el acto, los antifascistas se marcharon gritando. “La Toma se va a acabar” y “el año que viene volvemos”. Bastaba con ver la cara de circunstancia y consternación de las “autoridades” civiles, militares y eclesiásticas, para saber que el objetivo se había cumplido. La izquierda democrática, antifascista y antisistema había logrado reventar la celebración, en su acto central, imposibilitando “el normar transcurrir” del festejo, que dirían los del régimen. Las propias declaraciones del Alcalde, del PP, o del Subdelegado del Gobierno, del PSOE, la misma y machacona insistencia de todos los políticos del régimen y medios de desinformación en decir lo contrario y menospreciar a los participantes en la concentración, con epítetos de “marginales” o “extremistas”, o la de infravalorar su acción o número, son sendas demostraciones del daño infringido.

Compañeros, este es el camino. Una festividad de estas características no puede tolerarse o reformarse, hay que acabar con ella. Tampoco puede ser combatida con escritos, actos paralelos o ignorándola. Solo la oposición activa y presencial puede lograr que pase a formar parte del pasado, como otras conmemoraciones franquistas. Adelante y hasta el próximo año. Desde Nación Andaluza felicitamos a los colectivos e individualidades participantes, les hacemos un llamamiento a perseverar, así como a los ausentes a sumarse, especialmente a los del movimiento antifascista y antisistema, y a las fuerzas de la izquierda nacional andaluza. Juntos podemos y lo lograremos.



¡Ni un Día de la Toma más!

¡Por Andalucía libre y socialista!

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